jueves, 27 de agosto de 2009

De como el colibrí apaga el fuego...

De cómo el colibrí

apaga el fuego…

Y mientras esto escribo el verano se apaga, no así los incendios, pero en la Tierra amanece cada día y el Sol reparte equitativamente sus rayos, sus intereses no forman parte del universo consumista y es tan inmenso que tiene para dar y no acapara sus soles para encarecer el producto, está ajeno a las crisis e inventó la fisión creadora de la energía, ese es el Sol generoso , no en vano es el símbolo más creativo y numeroso de los andaluces, la estrella de ocho puntas, el sol de Andalucía que canta Chambao, el sol de nuestros antepasados los tartesios.

El Sol en su inmensidad representa el valor del poderío, del cosmos infinito, pero hay otra infinitud en lo pequeño, en nuestro pequeño David de la fábula, que hoy encontré en el nuevo espacio, en el aire virtual del la red- Internet- no sé de quién será, seguramente del Coelho de turno, pero la verdad es que es bastante didáctica por lo que dice , por la tranquilidad que emana de que haya todavía tantos colibríes en esta tierra que apaguen fuego, que en la cantidad poco hacen pero en el mensaje son subversivos. A Antonio Manuel se la contó una amiga la semana pasada, y a mí Antonio Manuel, que es tocayo mío, que es de Almodóvar del Río, que es ese pueblo en que saliendo para Córdoba, te encuentras pasando Posadas con un enorme castillo, con una enorme montaña, que rodea, abraza más bien un río, el río de los andaluces, el rio Ua el- kebir.

Pero que rollo tienes, aunque a mí me dices mucho, no como otros que no se enteran, ¿ Dónde está la fábula ?, qué, aquella del colibrí, o es que ya la has olvidado, ten paciencia chiquilla, porque la razón de todo esto es el mensaje, y la botella es este articulo, y el colibrí se ha transformado en jornaleros que en su pequeñez cortan el Ave en la ciudad de los Califas y hacen ver al mundo mundial de los andaluces, el mensaje de que tenemos un millón de parados en Andalucía y Andalucía está en la playa, bueno la mayoría, algunos en casa y con la cultura del botijo, que digo que a quién se le ocurre ir a la playa en Agosto, y si vas a Costa Ballena, pues como al enemigo ni agua.

Pero tú sabes lo que es un colibrí, porque se dice que los conocimientos están en la red, el disco duro del individuo persona cada vez almacena menos datos y entonces se dicen cosas aquí que son incomprensibles para los lectores, déjate de rollo y cuenta la fábula de una vez, pues llevamos medio articulo y todavía estamos en ascuas. Pues si te digo que er Blas es un colibrí, tú, qué dices, mira que tal como está la cosa a lo mejor sí, y con el rollo que te estás marcando hoy, pienso que el calor te ha afectado a las neuronas y por eso no haces más que darle vueltas a la manzana. Mira el sol me afecta y me llega a doler la cabeza, pero lo que de verdad me ha afectado este Verano, que parece de los 40 principales, por aquello del ranking de los 40 grados, es que el canalillo se ha quedado sin agua, y entonces es cuando me he dado cuenta de lo que vale el agua.

Y si te digo que el colibrí es la “ Plataforma por el hospital comarcal”, qué dices, espera, y si te digo que el pájaro, ya te lo he dicho, son las “Pintadas” que quedan por testimonio de los pasos que pidió la ciudadanía para ir al cementerio, qué te dicen esta cosas manita guapa, que son como cosas que quedan ahí y que sirven de testimonio, para que cuando las ves o las recuerdas te revuelvan las tripas, en la parte material claro, o en las conciencias en la parte espiritual, al igual que el colibrí, pues el dichoso pájaro tenía un piquito largo, curvado y fino, pero con una cosmoconciencia de aúpa, y testimonio… mucho testimonio. Pero tú dices eso, porque te has leído la fábula, y yo estoy en ascuas, y tengo un desasosiego que hace que no me encuentre bien intelectualmente hablando, o me cuentas la fábula o me las piro a otra parte, que a mí la crisis me importa un pedo, que ya saldrá el de los zapatos apagando fuego.

Bueno chiquilla, te aprecio en lo que vales, porque si has aguantado hasta aquí, aguantando este rollo te cuento que había una vez un bosque que ardía- qué novedad- que no te enrolles otra vez y al grano, pues ardía el bosque, los habitantes del bosque huyeron al lago donde se lamentaban la pérdida del paisaje de sus vidas. Pero hete aquí que un colibrí tomó un poco de agua en su pico y se fue en dirección a las llamas, volviendo muchas veces. El colectivo atónito creía que el colibrí estaba majara, como persistiera en apagar el fuego, uno que contemplaba el espectáculo le explica de la inutilidad de las gotas que llevaba en su pico, pues no apagaría el fuego ni con un millón de vueltas, ni aún dedicando su vida entera conseguiría apagar el fuego. Pero el Colibrí, sereno, le contestó: Pero yo al menos estoy poniendo mi parte.

Jaime Martín Palomo

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